La ética y los jueces
Eduardo García Michel
¿Qué es la ética? Para algunos el hilo conductor que hace posible la convivencia humana; para los más, una palabra hueca.
_El Eduardo este si es complicado y pretencioso. Mira con que tema sale hoy _ murmura Cucharita.
La elección de los nuevos altos jueces y el proceso que se sigue para su designación, debería estar marcado por las referencias éticas, más que por cuotas y tiempo de duración en la carrera judicial.
_Cháchara, pura cháchara. No hay tal proceso, sino intereses a defender. Ni hay justicia, sino conveniencias de los que tienen el poder y aspiran mantenerlo. Se doblan y simulan. No hay verdadera independencia ni espíritu de hacer justicia_ continúa diciendo.
_Cucharita, usted está desconocido hoy; hasta parece gente seria. ¿Le picó alguna avispa?
_La avispa que me picó, bachiller Abimbao, es que no hay que seguir aguantando esta hipocresía. Para miedo, Trujillo; no más. Carajo, como puede ser que según los wikis esos, haya jueces que decidan en base a que si esto puede caer mal a la embajada; que si lo otro al fondo; que si lo de más allá, al ejecutivo. Hasta tienen el temor de cómo podría caer al candidato de oposición y a algunos medios, y si tienen dudas, entonces eluden, demoran. Y ¿eso es justicia, Abimbao, dígame usted, es eso justicia?
_Bueno, me parece que no. ¿Usted cree que la ha habido nunca? Fíjese, ¿usted conoce el caso de un tal Piñera, que preside Chile?
_No lo conozco, Abimbao, pero hábleme de aquí, no de Chile; déjese de estar desviando la conversación solo para no comprometerse.
_No es eso, Cucharita, pero a veces conviene saber lo que ha pasado en otros lugares.
_Pues déjese de tantas vueltas y diga ya.
_Mire, según leí, Piñera quebró un banco y fue sometido a la justicia. El caso llegó a la Suprema Corte y fue desestimado porque altas influencias lograron ese propósito. Resultado: ahora es Presidente. Alguien decía que hace falta tener aunque sea medio juez de amigo. Y así es todo. Quién no lo tiene, no goza de amparo y dormirá el sueño de los justos, pero en la otra vida. Lo demás es disparate.
_Y usted, tan Abimbao como su nombre indica, piensa que hay que conformarse. Con gente como usted no se llega lejos, es de los que se esconden en la loma antes de que suene el primer tiro en el llano.
_Eso habrá que verlo, bravucón. No sea viperino. Sepa que así como hay jueces malos e hipócritas, también los hay íntegros y valiosos. No se lleve de chismes ni de apariencias. Tampoco los ponga a todos en el mismo saco.
_Pues tápese los oídos, y le voy a decir lo que no quiere escuchar.
Ustedes dos, pshhh, no sigan. No quiero problemas. Además, parecen de esos personajes detestables de los Wikileaks.
_Pues no me callo. Mire, algunos jueces, medios y altos, parece que contratan empresas que hacen sondeos para averiguar el pulso de la opinión pública en casos “sensibles”. Esa es la vara que usan para decidir. Y luego aparecen como Pilatos, satisfechos y barrigones; jartos de manteca y vino.
_ Cucharita, no se meta en líos, que no le conviene.
_Pero, bachiller Abimbao, dígame qué sentido tiene que algunos jueces estén pendientes del estado de la opinión pública o de algunos líderes políticos para fallar o aguantar casos que no tienen asidero jurídico, y que de seguro pasarán a los anales judiciales como infamias graves cometidas por el aparato judicial, y algún día serán puestos de ejemplo en las cátedras universitarias de lo que nunca debió hacerse.
_Yo concuerdo, Cucharita, yo concuerdo, pero tenga cuidado, pues el poder es el poder y entre ellos se cobijan y arropan. Usted, que no es más que un infeliz desarrapado, lo podría pasar muy mal si sigue hablando descocado como lo está haciendo.
Los voy a desconectar a los dos, ahora mismo, pues lucen demasiado enchufados. Este es un asunto serio y no tema de discusión en cafeterías, ni de mezcla de café con leche y alcohol.
Pues bien, estaba refiriéndome a que la ética debe servir de parámetro para la elección de los nuevos jueces.
_Me conecté otra vez, aunque usted no quiera. Déjese de monsergas. Y diga lo que es. Lo que falta es responsabilidad. Ese es el verdadero corazón de la ética. Por tanto, les falta ética.
_Mire, Cucharita, sepa que gran parte de los jueces tienen sentido de la ética, pero son débiles y se ven arropados por el universo poder-mediático, que los condiciona. Es verdad que en algunos casos de flagrante injusticia, tendrían que enmendar, remediar. La sociedad lo agradecería, porque ya está bien de disimulos y apostasías.
_ ¡Qué ingenuo este Abimbao!
