Exposición fotográfica navidad con libertad
Eduardo García Michel
El Ministerio de Cultura y la Fundación Hermanos de la Maza, con la colaboración del Archivo General de la Nación, acaban de inaugurar, en el Parque Independencia de Santo Domingo, la exposición fotográfica “La transición a la democracia: del 30 de Mayo a la navidad con libertad”.
Estará abierta al público por varios días, quizás hasta mediados de diciembre, y de ahí es probable que sea llevada a otros lugares del país. Es una de las mejores de ese género que se han presentado, tanto así que el logro raya con la excelencia.
Al recorrerla percibí como si en mi mente volviesen a suceder acontecimientos que tenía grabados en mis pupilas de adolescente. Me sentí conmovido, como si estuviera viviéndolos de nuevo. Imagino que los más jóvenes podrán asomarse a la experiencia de descubrir, en imágenes casi vivas, trozos relevantes de un período tan decisivo como ese.
La exposición contiene alrededor de 140 fotografías y texto, sistemáticamente ordenados. Empieza con una introducción del Ministerio de Cultura y una explicación del recorrido preparada por la Fundación Hermanos de la Maza.
Continúa con el ajusticiamiento del déspota el 30 de Mayo. Ahí aparecen fotografías del carro agujereado por los disparos, las armas, el funeral de Trujillo, la caída de algunos de los héroes. La galería de los héroes. Hasta ahí todo se apega a lo tradicional, salvo el texto intercalado entre grupos de fotos.
Lo novedoso es que lo que se cuenta en imágenes no se deja en abstracto, ni en función de élites, sino que se complementa con la participación del pueblo llano, pues lo cierto es que se incorporó a la lucha, tomó las riendas y consiguió el derrumbe final del régimen del terror en la llamada navidad con libertad.
En el recorrido se ve la llegada de los exiliados, la aparición de los partidos políticos y movimientos patrióticos, las primeras protestas populares, la represión de las manifestaciones, la militarización de la ciudad. Hasta se palpa la tensión que se vivía, simbolizada por el asalto de los tanques a la manifestación que se celebraba en septiembre en el Parque Independencia.
Hay fotos que por sí solas son un poema y ponen de relieve la creatividad popular. Por ejemplo, una en la que aparece un grupo nutrido de manifestantes en una protesta popular, cargando un yunque de bueyes, con un letrero que reza algo así como “31 años aguantando este yugo”. Hay otra de un carro negro repleto y rodeado de gente, con letreros pintados a brocha y pintura blanca: “el carro de la libertad”.
En otras se ve a los alcahuetes y séquito de la familia Trujillo en el momento de la huida, momentos después de la masacre que cometieron en Hacienda María, donde asesinaron a seis de los héroes del 30 de Mayo, en cuyo honor se celebra esta exposición. Asesinato impune todavía, a pesar de que se conoce quienes participaron y a los que dieron apoyo logístico.
Se ve el barco de la huida; parte del dinero que se llevaron y tuvo que ser regresado, apilado en fajos gruesos de billetes.
Pero lo más aleccionador es el “muro de la infamia”, que recoge la imagen de aquellos esbirros y torturadores que tanto daño hicieron, cuyos crímenes quedaron sin castigo. Es un paredón moral, levantado con la esperanza de que el país se mire en el espejo de sangre que dejaron y se avergüence del derroche de sadismo y crueldad que legaron. Tal vez así puedan ser reparadas heridas todavía abiertas y quizás así algunos aprendan que la impunidad absoluta no existe.
Ojalá las organizaciones patrióticas completen y reproduzcan ese mural en papel y en virtual.
Los invito a que visiten y lleven a sus hijos a conocer esta interesante exposición.
Es propicia la ocasión para expresar un reconocimiento a la labor realizada por diversas instituciones, relacionada con la celebración de los 50 años del tiranicidio.
Merece ser destacado el trabajo del Ministerio de Cultura, que durante todo el año ha producido ideas, organizado eventos, convocado reuniones, armado puestas en circulación de libros, organizado exposiciones, en una labor casi febril e inspirada, que ignoro si tiene precedentes.
También el Archivo General de la Nación, que ha motorizado ciclos de conferencias sobre estos temas, con gran calidad y acierto, e incorporado a su galería de próceres a los héroes del 30 de Mayo.
Otras instituciones también han puesto su empeño y cumplido su rol, como la Comisión de Efemérides Patrias. Y, con gran eficiencia, la Oficina Senatorial de Espaillat.
Este reconocimiento lo hago extensivo a todos aquellos que han participado en la importante labor de rescate de los valores patrios.
