El Bulevar del Atlántico
Eduardo García Michel
Recientemente se inauguró el llamado Bulevar del Atlántico, a un costo, según se dice, de US$151 millones, y que cubre un trayecto de cerca de 123 kilómetros. O sea, a razón de algo más de un millón de dólares por cada mísero kilómetro.
_Oye, no es ningún bulevar_ dice Cucharita.
El bulevar contribuirá a facilitar la llegada de turistas hasta los centros hoteleros. Une el Aeropuerto Internacional del Catey con el pueblo de Las Terrenas. Luego sigue hasta El Limón, Samaná, y de ahí se devuelve hasta el Catey, pasando por Sánchez. Es decir, conecta una parte importante de la península de Samaná. Y termina, por así decirlo, o comienza, en Nagua.
_Que no es bulevar, repito_ insiste Cucharita.
_Oiga, jefe, lo que Cucharita quiere decir es que la obra no se corresponde con el término, pues un bulevar es una vía ancha, de por lo menos 4 carriles, con amplios paseos, e incluso con área verde en medio_ interviene el bachiller Abimbao.
_El Eduardo este a veces se hace el tonto; será que no ve. Fíjese Abimbao, usted está mirando que esto apenas merece llamarse carretera secundaria para que transiten las recuas. No se tuvo en cuenta ningún criterio vial moderno. Son dos carriles, uno en un sentido y otro en el contrario. En largos tramos no existe un paseo secundario por si se pincha una goma o sucede cualquier avería. Claro, para el dominicano, acostumbrados al conformismo, cualquier cosa que se haga está bien, puesto que este camino vecinal es mejor que lo que había antes, como si alguien hubiese regalado el dinero_ volvía a insistir Cucharita.
Algunos organismos internacionales, entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo, aportaron recursos prestados para la construcción de la obra. Y se supone que monitorearon el diseño y la construcción para asegurarse que cumplieran con las normas de calidad internacionales.
_Uhyuyuy, ahí si fue que le pusieron el cascabel al gato. Son organismos capturados por una nomenclatura que solo responde a sus propios intereses. Y se hacen de la vista gorda. Y se implican en contratos altamente cuestionables como el de Cogentrix, en el que muchos han ganado dinero pero el pueblo dominicano paga US$5 o US$6 millones mensuales para que tengan la planta eléctrica apagada. Y todo este embrollo ha quedado bajo un manto absoluto de impunidad_ manifestaba el bachiller Abimbao, con indudable enojo.
Es cierto que la carretera fue terminada con apresuramiento y que habrá que corregir algunas fallas evidentes, pero en sentido general se aprecia que la comunidad se siente contenta, pues se abre un nuevo abanico de oportunidades.
_¡Cuidado, Abimbao, que te vas a llevar esa moto! Mejor será que bajes la velocidad.
_Bueno, Cucharita, tengo miedo de que aquí, ya cerca de Las Terrenas, alguna mujer saque los brazos por una ventana y la choquemos, o que algún niño salga corriendo de su casa y tan pronto traspase la puerta, se encuentre con las ruedas de nuestro anafe.
_Pero, y, ¿cómo es posible que haya tramos de la carretera, cerca de Las Terrenas, encima de las casas, sin paseo, sin holgura? Esta carretera está tan pegada a las viviendas que parece encorsetada en un tubo.
_Sencillo, ¿y a quién le importa?
_Tienes razón. Cuanto te apuestas a que no más dentro de un mes ya la estarán reparando. Mira, hay postes de luz en medio. Hay pozos de agua que emergen de la tubería que ya comienzan a traspasar el asfalto recién puesto. Hay muchos detalles sin terminar. Definitivamente, no es un bulevar.
La obra se autofinanciará mediante el sistema de peaje, a pesar de que una parte importante de la misma no es nueva; ya existía. Es decir, el tramo Nagua-Samaná es viejo, aunque fue reacondicionado. Lo mismo ocurre con el de Samaná-Limón- Las Terrenas. Lo nuevo es el pequeño tramo de alrededor de 25 kilómetros entre Catey y Terrenas.
Esta es una zona de gran potencial turístico, con un moderno aeropuerto, El Catey, llamada a despegar en el futuro cercano. Y su belleza es indudable, no como Mónaco, ahíto de fichas de casino y yates, y cansado de un lujo apestoso y vacío, pero si con un paisaje deslumbrante y una naturaleza exuberante. Sus playas posiblemente se encuentran entre las mejores de América. En adición, el turismo que llega suele interactuar con la comunidad y eso lo hace diferente.
_A que no dices que la carretera resulta tan estrecha porque trazaron una parte de ese tramo encima del viejo camino, en vez de hacerlo por tierra yerma. Y que no existe ninguna rotonda para acceder con seguridad a los proyectos turísticos.
Es verdad, hay que mejorar muchas cosas: la carretera, el ordenamiento urbano y otras, pero debemos saludar con mente positiva este paso de avance.
