La senda, el perfil y la casa de la libertad
Eduardo García Michel
En el fin de semana que acaba de pasar ocurrieron tres acontecimientos memorables.
Primero, en Santo Domingo en el Parque Independencia se inauguró la exposición “La senda de la libertad”, que es una valiosa iniciativa del Ministerio de Cultura que recoge fotografías y cartografías alegóricas al sentimiento y al valor de la libertad.
El hecho de presentarla en un lugar tan simbólico como el Parque Independencia le confiere un mayor significado, porque ese lugar recoge el aroma de la esencia popular y en la medida en que dicha esencia esté compenetrada con ese ideal, habrá mayor garantía de progreso y desarrollo humano.
Pudiera decirse que cultura es impregnarse de manifestaciones diversas de expresión, basadas en un sustrato de creencias básicas. Pudiera entenderse que educar es añadir capas de conocimiento y también de valores sobre la arcilla elemental del ser humano.
Por tanto, la exposición mencionada es en el fondo un intento de transmitir y hacer cultura, así como de educar, llevando la enseñanza visual al ámbito popular. Es, además, una manera práctica de fijar en el subconsciente lo que son valores universales, y de sembrar en surco profundo la noción de que la libertad es el fundamento de la vida civilizada y que sin ella no hay posibilidad alguna de crecimiento individual.
Al contemplarla el pueblo podrá darse cuenta de que alcanzar una meta, lograr un anhelo, solo se consigue a cambio de perseverancia y sacrificio. Podrá advertir también que la libertad plena que hoy se disfruta no es casualidad ni consecuencia del azar, sino que está construida con la zapata del martirio, sufrimiento, tenacidad, renunciamiento, generosidad, valentía y heroísmo de muchos dominicanos.
Segundo, en Moca, en el Auditorio del Teatro Don Bosco, se presentó una charla magistral titulada “Moca: el perfil de la libertad”, dictada por el Dr. Marino Vinicio Castillo Rodríguez.
De sobra se conoce que el Dr. Marino Vinicio Castillo es un orador fino, de claro juicio, de argumentación demoledora. También se sabe que es un hombre de gran talento, polemista sobresaliente. Y que está comprometido a fondo con las ideas que defiende, sin temor ni media tinta. Y que suscita fervor en unos, al igual que animadversión en otros.
Puesto en la necesidad de pronunciarse sobre el perfil de Moca, hizo una introspección profunda que lo llevó a repasar los valores familiares que heredó y le fueron inculcados, sustentados en la lucha contra la opresión.
Vale decir que el Dr. Castillo lleva los mismos genes de las familias mocanas que participaron en los ajusticiamientos de Lilís y de Trujillo; que los conjurados del 26 de julio de 1899 se refugiaron en la finca de su abuelo Francisco Rodríguez Vásquez, situada en el Pozo en San Francisco de Macorís; que su padre Pelegrín Castillo Agramonte repudió y alertó a la ciudadanía por el peligro de tiranía que avizoraba en los comienzos de la era nefasta; y que perdió un hermano asesinado por el régimen.
En un gesto que lo engrandece pidió perdón y reconoció que en algún momento no pudo descifrar el mensaje de su clave genética y flaqueó en la defensa de valores con que fue formado.
Asimismo, hizo un importante llamado a que Moca luche con ahínco por mantener con decisión y orgullo su legado de pueblo de la libertad, y no permita que sean menoscabados sus símbolos preclaros, como entiende que ha estado sucediendo en algunos ámbitos del país, para lo cual el prerrequisito fundamental es preservar la unión de su estirpe.
Con esto, el Dr. Castillo culminó una disertación en que la emoción se mantuvo en su vibración más alta y la audiencia quedó agradecida por su valiente mensaje.
Tercero, también en Moca en ocasión del aniversario de la muerte de los héroes Antonio de la Maza Vásquez y Juan Tomás Díaz, se celebraron varios actos solemnes con asistencia popular y de autoridades: una misa timbre de orgullo presidida por Monseñor de la Rosa y Carpio, acompañada por el Orfeón de Santiago; una ofrenda floral en la Plaza Hermanos de la Maza; y una representación grandiosa en la que fue residencia de Antonio de la Maza Vásquez, en la que se develizó una foto suya y hubo diversas manifestaciones artísticas en su honor.
Con eso Moca confirma su pasión auténtica, la lucha contra la opresión. Por eso es más que probable que algún día, ojalá más pronto que tarde, la residencia del héroe mocano sea convertida en casa de la libertad.
